(PUC-Rio - 2012)
La “terapia del tren”: un insólito método para intentar curar enfermedades
Es practicada en Indonesia por personas aquejadas de reumatismo, escoliosis y artritis, entre otros males.
Por Paula Regueira Leal, EFE 02 de agosto de 2011.
YAKARTA.- 9Oleadas de indonesios persiguen su cura con la “terapia del tren”, método peligroso que consiste en sentarse entre las vías del ferrocarril y 8agarrar con las manos los rieles para que el cuerpo reciba la corriente eléctrica que creen saludable. Estos indonesios aquejados de reumatismo, escoliosis, artritis, hipertensión, 13insomnio y otras dolencias, creen que la supuesta energía eléctrica que aseguran transcurre por las vías, tiene efectos curativos.
Nadie sabe con certeza quién fue el promotor e impulsor de esta extraña manera de arriesgar la vida, pero lo cierto es que a diario antes del atardecer y desde hace más de un año, decenas de personas se sientan entre los rieles próximos a la estación de Cengkaren, en el 1arrabal metropolitano de Rawa Buaya, para probar si mejoran de sus males. 2Las habladurías han hecho tan popular la estación que 6hasta ésta viajan enfermos procedentes 3de muchos rincones de la isla de Java, 14incluso desde los más apartados. Uno de los practicantes habituales de este método que se identifica como Subiarsa, de 43 años, asegura que la “terapia del tren” le ha curado los Dolores que sufría en una de sus piernas.
“La gente viene aquí a aliviar muchos males: diabetes, dolores musculares, migraña...”, apunta convencido Subiarsa, quien cree que “las descargas de electricidad mejoran cualquier achaque”. Aquellos que confían en el supuesto poder curativo del método ferroviario tampoco saben explicar el motivo por el que la estación de 16Cengkareng se há convertido en centro de peregrinaje, 11aunque alguno apunta que no ha sido escogida por sus propiedades únicas, sino por el hecho de que por ésta pasan poços trenes. Los incrédulos atribuyen este fenómeno a la desesperación y culpan a las autoridades de que los indonesios más pobres recurran a estos métodos sin base científica para buscar algún alivio a SUS dolencias. Dwinanto Negroho, un profesor oriundo de Yakarta, considera que “estos métodos son absurdos, en realidad, 5una bofetada para el Gobierno”. “La sanidad es tan cara que la gente tiene que ingeniar nuevas fórmulas con las que intentar curarse”, señala Negroho.
15Mientras aumenta el flujo de personas que se aferran a los rieles de Cengkareng, las autoridades claman que han advertido hasta la saciedad y sin ningún éxito de que sentarse en las vías es peligroso y de que además no es una terapia curativa. El jefe de estación de Cengkareng, Suari, afirma que la afluencia hasta esos tramos de la vía férrea de personas que han oído hablar de sus propiedades, tiene prácticamente desbordados a los empleados. “Cada día 17varios funcionarios se acercan a las vías del tren para explicar a la gente los peligros que afrontan y advertir de que, además, lo que hacen contraviene la ley”, explica el jefe de la estación. La última normativa de la red estatal de ferrocarriles indonésios y aprobada hace unos cuatro años establece que nadie puede utilizar las vías del tren para fines que no sean de transporte. 12Pero la gente hace oídos sordos a los avisos y regresa, algunos casi a diario, 10para pasar el rato o para sentarse entre los raíles a su paso por esta barriada, que a raíz del fenómeno dicen que se ha tornado mucho más animada.
La Policía, ocupada con otros menesteres, alega que se trata de un problema social que nada tiene que ver con la seguridad pública, aunque los agentes de patrulla observan sin alterarse como algunas personas se tumban entre las vías para probar la terapia. En un improvisado ambulatório que sirve también de almacén, 7han amontonado almohadas que emplean para seguir una terapia de una forma algo más confortable, 4paraguas con los que resguardarse de la lluvia o de los ardientes rayos de sol y cubos con agua, utilizados por aquellos que creen que mojando el espacio elegido conseguirán que por su cuerpo pase más corriente eléctrica.
La “terapia del tren” es uno de los absurdos métodos para aliviar dolores a los que recurre la sociedad indonesia más desfavorecida, por lo general con alto nivel de ignorancia. Unos practican el “kerokan”, que consiste en frotar monedas en la espalda para combatir la gripe, o el “jamu”, pócimas que dicen sanan las dolencias físicas. Indonesia, donde no toda la población puede acceder al sistema público sanitario, gasta el 2,5 de su Producto Interior Bruto en Sanidad, con lo que es uno de los países del mundo que menos invierte en la salud de su población, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Señale cuál de las expresiones en negrita introduce la idea de simultaneidad:
“aunque alguno apunta que no ha sido escogida por sus propiedades únicas” (ref.11)
“Pero la gente hace oídos sordos a los avisos y regresa” (ref.12)
“insomnio y otras dolencias” (ref.13)
“incluso desde los más apartados” (ref.14)
“Mientras aumenta el flujo de personas que se aferran a los rieles de Cengkareng” (ref.15)