(UFPR - 2015- 1 FASE) La vida artificial ya est aqu Cientficos de varias universidades norteamericanas y europeas han logrado el monte Everest de la biologa sinttica, como dicen los editores de Science: el primer cromosoma eucaritico fabricado en el laboratorio. Se trata de un cromosoma de levadura, el hongo que se usa para hacer cerveza, pan, biocombustible y la mitad de la investigacin sobre los organismos eucariotas, como nosotros. La capacidad de introducirle un cromosoma sinttico a ese organismo permitir mejorar todo lo anterior, como hacer biocombustibles ms sostenibles para el entorno o disear nuevos antibiticos, adems de un nuevo continente de investigacin sobre la pregunta del milln: cmo construir el genoma entero de un organismo superior. La reconstruccin de un neandertal, por ejemplo, sera imposible sin este paso esencial. La biologa sinttica es una disciplina emergente que trata no ya de modificar organismos, sino de disearlos a partir de principios bsicos. En los ltimos cinco aos ha logrado avances espectaculares, como la sntesis artificial del genoma completo de una bacteria y varios virus. Pero esta es la primera vez que consigue fabricar un cromosoma completo y funcional de un organismo superior, o eucariota (una clula buena, en griego, la que forma los humanos). El consorcio liderado por Srinivasan Chandrasegaran, del Departamento de Ciencias de la Salud Ambiental de la Universidad Johns Hopkins, con la colaboracin de Jef Boeke, presenta su rompedor resultado en la revista Science. Nuestra investigacin mueve la aguja de la biologa sinttica desde la teora hasta la realidad, dice Boeke, uno de los pioneros de este campo. Este trabajo representa el mayor paso que se ha dado hasta la fecha en el esfuerzo internacional para construir el genoma completo de una levadura sinttica. [...] Echando la vista ms hacia el futuro, cabe especular sobre la resurreccin de especies extintas como el mamut o el neandertal, cuyos genomas ya han sido secuenciados a partir de sus restos fsiles. Si estos proyectos llegan a abordarse alguna vez, tendrn que basarse en una tcnica similar a la que Boeke y sus colegas acaban de poner a punto para este engaosamente simple hongo que tan servicial ha resultado a la especie humana desde los albores del neoltico. Disponible en: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/03/27/actualidad/1395944376_149099.html. El ttulo est relacionado directamente a la informacin presentada en el texto sobre:
(UFPR - 2015- 1 FASE) La vida artificial ya est aqu Cientficos de varias universidades norteamericanas y europeas han logrado el monte Everest de la biologa sinttica, como dicen los editores de Science: el primer cromosoma eucaritico fabricado en el laboratorio. Se trata de un cromosoma de levadura, el hongo que se usa para hacer cerveza, pan, biocombustible y la mitad de la investigacin sobre los organismos eucariotas, como nosotros. La capacidad de introducirle un cromosoma sinttico a ese organismo permitir mejorar todo lo anterior, como hacer biocombustibles ms sostenibles para el entorno o disear nuevos antibiticos, adems de un nuevo continente de investigacin sobre la pregunta del milln: cmo construir el genoma entero de un organismo superior. La reconstruccin de un neandertal, por ejemplo, sera imposible sin este paso esencial. La biologa sinttica es una disciplina emergente que trata no ya de modificar organismos, sino de disearlos a partir de principios bsicos. En los ltimos cinco aos ha logrado avances espectaculares, como la sntesis artificial del genoma completo de una bacteria y varios virus. Pero esta es la primera vez que consigue fabricar un cromosoma completo y funcional de un organismo superior, o eucariota (una clula buena, en griego, la que forma los humanos). El consorcio liderado por Srinivasan Chandrasegaran, del Departamento de Ciencias de la Salud Ambiental de la Universidad Johns Hopkins, con la colaboracin de Jef Boeke, presenta su rompedor resultado en la revista Science. Nuestra investigacin mueve la aguja de la biologa sinttica desde la teora hasta la realidad, dice Boeke, uno de los pioneros de este campo. Este trabajo representa el mayor paso que se ha dado hasta la fecha en el esfuerzo internacional para construir el genoma completo de una levadura sinttica. [...] Echando la vista ms hacia el futuro, cabe especular sobre la resurreccin de especies extintas como el mamut o el neandertal, cuyos genomas ya han sido secuenciados a partir de sus restos fsiles. Si estos proyectos llegan a abordarse alguna vez, tendrn que basarse en una tcnica similar a la que Boeke y sus colegas acaban de poner a punto para este engaosamente simple hongo que tan servicial ha resultado a la especie humana desde los albores del neoltico. Disponible en: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/03/27/actualidad/1395944376_149099.html. La expresin la pregunta del milln es usada en el texto para:
(UFPR -2015) El 34 Alejandro Zambra Los profesores nos llamaban por el nmero de lista, por lo que slo sabamos los nombres de los compaeros ms cercanos. Lo digo como disculpa: ni siquiera conozco el nombre de mi personaje. Pero recuerdo con precisin al 34 y creo que l tambin me recordara. En ese tiempo yo era el 45. Gracias a la inicial de mi apellido gozaba de una identidad ms firme que los dems. Todava siento familiaridad con ese nmero. Era bueno ser el ltimo, el 45. Era mucho mejor que ser, por ejemplo, el 15 o el 27. Lo primero que recuerdo del 34 es que a veces coma zanahorias a la hora del recreo. Su madre las pelaba y acomodaba armoniosamente en un pequeo tupperware, que l abra desmontando con cautela las esquinas superiores. Meda la dosis exacta de fuerza como si practicara un arte dificilsimo. Pero ms importante que su gusto por las zanahorias era su condicin de repitente, el nico del curso. Para nosotros repetir de curso era un hecho vergonzante. En nuestras cortas vidas nunca habamos estado cerca de esa clase de fracasos. Tenamos once o doce aos, acabbamos de ingresar al Instituto Nacional, el colegio ms prestigioso de Chile, y nuestros expedientes eran, por tanto, intachables. Pero ah estaba el 34: su presencia demostraba que el fracaso era posible, que era incluso llevadero, porque l luca su estigma con naturalidad, como si estuviera, en el fondo, contento de repasar las mismas materias. Usted es cara conocida, le deca a veces algn profesor, socarronamente, y el 34 responda con gentileza: s seor, soy repitente, el nico repitente del curso. Pero estoy seguro de que este ao ser mejor para m. El comportamiento del 34 contradeca por completo la conducta natural de los repitentes. Se supone que los repitentes son hoscos y se integran a destiempo y de malas ganas al contexto de su nuevo curso, pero el 34 se mostraba siempre dispuesto a compartir con nosotros en igualdad de condiciones. No padeca ese arraigo al pasado que hace de los repitentes tipos infelices o melanclicos, a la siga perpetua de sus compaeros del ao anterior, o en batalla incesante contra los supuestos culpables de su situacin. Temblbamos cada vez que el 34 daba muestras, en clases, de su innegable inteligencia. Pero no alardeaba, al contrario, solamente intervena para proponer nuevos puntos de vista o sealar su opinin sobre temas complejos. Deca cosas que no salan en los libros y nosotros lo admirbamos por eso, pero admirarlo era una forma de cavar la propia tumba: si haba fracasado alguien tan listo, con mayor razn fracasaramos nosotros. Conjeturbamos, entonces, a sus espaldas, los verdaderos motivos de su repitencia: inventbamos enrevesados conflictos familiares o enfermedades muy largas y penosas, pero en el fondo sabamos que el fracaso del 34 era estrictamente acadmico. Sabamos que su fracaso sera, maana, el nuestro. Disponible en: http://www.literalmagazine.com/english_post/el-34/ La existencia de un repitente en el colegio pareca improbable ya que
(UFPR -2015) El 34 Alejandro Zambra Los profesores nos llamaban por el nmero de lista, por lo que slo sabamos los nombres de los compaeros ms cercanos. Lo digo como disculpa: ni siquiera conozco el nombre de mi personaje. Pero recuerdo con precisin al 34 y creo que l tambin me recordara. En ese tiempo yo era el 45. Gracias a la inicial de mi apellido gozaba de una identidad ms firme que los dems. Todava siento familiaridad con ese nmero. Era bueno ser el ltimo, el 45. Era mucho mejor que ser, por ejemplo, el 15 o el 27. Lo primero que recuerdo del 34 es que a veces coma zanahorias a la hora del recreo. Su madre las pelaba y acomodaba armoniosamente en un pequeo tupperware, que l abra desmontando con cautela las esquinas superiores. Meda la dosis exacta de fuerza como si practicara un arte dificilsimo. Pero ms importante que su gusto por las zanahorias era su condicin de repitente, el nico del curso. Para nosotros repetir de curso era un hecho vergonzante. En nuestras cortas vidas nunca habamos estado cerca de esa clase de fracasos. Tenamos once o doce aos, acabbamos de ingresar al Instituto Nacional, el colegio ms prestigioso de Chile, y nuestros expedientes eran, por tanto, intachables. Pero ah estaba el 34: su presencia demostraba que el fracaso era posible, que era incluso llevadero, porque l luca su estigma con naturalidad, como si estuviera, en el fondo, contento de repasar las mismas materias. Usted es cara conocida, le deca a veces algn profesor, socarronamente, y el 34 responda con gentileza: s seor, soy repitente, el nico repitente del curso. Pero estoy seguro de que este ao ser mejor para m. El comportamiento del 34 contradeca por completo la conducta natural de los repitentes. Se supone que los repitentes son hoscos y se integran a destiempo y de malas ganas al contexto de su nuevo curso, pero el 34 se mostraba siempre dispuesto a compartir con nosotros en igualdad de condiciones. No padeca ese arraigo al pasado que hace de los repitentes tipos infelices o melanclicos, a la siga perpetua de sus compaeros del ao anterior, o en batalla incesante contra los supuestos culpables de su situacin. Temblbamos cada vez que el 34 daba muestras, en clases, de su innegable inteligencia. Pero no alardeaba, al contrario, solamente intervena para proponer nuevos puntos de vista o sealar su opinin sobre temas complejos. Deca cosas que no salan en los libros y nosotros lo admirbamos por eso, pero admirarlo era una forma de cavar la propia tumba: si haba fracasado alguien tan listo, con mayor razn fracasaramos nosotros. Conjeturbamos, entonces, a sus espaldas, los verdaderos motivos de su repitencia: inventbamos enrevesados conflictos familiares o enfermedades muy largas y penosas, pero en el fondo sabamos que el fracaso del 34 era estrictamente acadmico. Sabamos que su fracaso sera, maana, el nuestro. Disponible en: http://www.literalmagazine.com/english_post/el-34/ La presencia del 34 ensea al narrador que
(UFPR - 2012 - 1 FASE) Un verano rico, rico Mikel Lpez Iturriaga - 07/08/2011 En verano, el calor nos obliga a comer menos. Ms fro y ms ligero. Por eso hay tres platos a los que nos damos con furor: las ensaladas, los gazpachos y los helados. Ahora bien, ms all de los alimentos concretos, el esto es una poca de ritos en lo que se refiere a la comida, de situaciones que evolucionan en sus formas, pero que se repiten ao tras ao sin cambiar demasiado en el fondo. El primero, sin discusin, es el de comer en la playa. Un placer con matices sadomasoquistas al que media Espaa se entrega sin importarle la presencia de uno de los ms feroces enemigos de la comida: la arena. La opcin B a la comida toallera es el chiringuito, ese oasis de sombra, cerveza fra y pescado frito por cuyas sillas combatimos en el esto. Aunque las cosas se estn poniendo difciles tambin en ese terreno. No solo por los altos precios y la mediocre calidad de algunos de ellos. Si cruzamos el paseo martimo y nos adentramos en el proceloso mundo de los hoteles vacacionales, encontraremos otro clsico veraniego: el buf libre. A pesar del encomiable esfuerzo que algunos establecimientos han hecho para elevar el nivel, la mayora de los bufs se caracterizan por sus zumos sintticos, sus embutidos baratos y sus platos pasados. Aun as, siguen resultando atractivos para los acrrimos del todo incluido. Por fortuna, el verano da pie a actividades ms positivas. La preparacin de comida al aire libre para el consumo de toda la familia, conocida universalmente como barbacoa, presenta formulaciones propias de la idiosincrasia espaola. La ms importante es la paella campestre, cuya preparacin es una diversin en s misma. Los ritos gastronmicos veraniegos no solo son practicados por los que vacacionan. Tambin los que se quedan de Rodrguez en casa tienen el suyo, consistente en alimentarse de comida envasada, congelada o por encargo. De cualquier forma, la mayor variedad de productos y la mejora en la calidad de los precocinados ha aumentado las posibilidades de una alimentacin ms o menos sana para el colectivo. Estar de Rodrguez puede ser hasta saludable, si no se te va la mano con los cubatas nocturnos. (Texto adaptado de El Pas digital - www.elpais.com) Se puede inferir que la expresin estar/quedarse de Rodrguez se utiliza para:
TEXTO PARA A PRÓXIMA QUESTÃO: Un disfraz inédito tomó las calles de Río de Janeiro el pasado carnaval. Miles de niños sonrientes, vestidos de negro, lucían en sus camisetas un siniestro escudo: una calavera atravesada por un machete y dos pistolas. Los populares trajes de Superman o de princesa cogían polvo en las tiendas. Este año la moda fue sambar vestido como el capitán Nascimento, y repetir sus sobrecogedoras frases. Nascimento el héroe torturador que protagoniza el filme brasileño Tropa de élite, estrenado hace meses en su país de origen y hace sólo diez días en España. Un éxito fulgurante que ganó el Oso de Oro del Festival de Berlín y cuyos espectadores españoles ya se cuentan por decenas de miles. Cómo es posible que estas violaciones sistemáticas de los derechos humanos hayan sido mimetizados de manera festiva, si no con admiración, por buena parte de la población brasileña? La película trascendió el ámbito meramente cinematográfico desde antes de su estreno. La fuerte polémica que rodeaba al filme se intensificó con su estreno. Mientras parte del público se estremecía en la butaca por la crudeza de las escenas, otros espectadores aplaudían. El director de Tropa de élite cree que la película canalizó el sentimiento de impotencia frente al crimen. Los brasileños están hasta la coronilla de sufrir la violencia, explica por teléfono a elpais.com. (www.elpais.com/articulo/cultura/28.07.2008.) (Ufpr 2009) En la frase Los brasileños están HASTA LA CORONILLA de sufrir la violencia, la expresión destacada se puede sustituir por: