(UFU - 2020 - 1ª FASE) Dice la Organización Mundial de la Salud (OMS): cada año se cometen en todo el mundo 200.000 homicidios entre jóvenes de 10 a 29 años, lo que supone el 43% del total mundial anual de homicidios. Además, el homicidio es la cuarta causa de muerte en el mismo grupo etario, en el mundo. Y en todos los países la mayoría de los homicidas es varón. La mayoría de las víctimas también. Estos datos muestran a las claras que lo ocurrido en Villa Gesell, donde una patota de 10 rugbistas, aparentemente alcoholizados, mataron a golpes a Fernando Báez Sosa, el sábado 18, a la salida de un boliche, no es un hecho aislado ni circunscripto a la Argentina. El brutal episodio volvió a poner en el escenario central del debate el tema de la violencia juvenil. Y como suele ocurrir generalmente, las especulaciones rondan la búsqueda del culpable de lo ocurrido. Los más señalados fueron el alcohol y el rugby. Sin dudas el alcohol contribuye a los hechos de violencia, porque saca toda inhibición. ¿Pero crea violentos? Un deporte rudo como el rugby también tiene su incidencia, porque promueve el moverse en grupo y el uso de la fuerza para lograr objetivos. ¿Pero enseña a resolver conflictos por vía de la violencia y del homicidio? Pareciera que deben buscarse las causas en razones más profundas. Volviendo a las cifras de la OMS, la notoria masculinización en las muertes relacionadas con la violencia hace necesario reflexionar sobre cómo nuestra sociedad construye la masculinidad.
Disponível em: http://www.lagaceta.com.ar/nota/832493/opinion/que-genera-violencia-entre-jovenes.html. Acesso em: 01 fev. 2020.(Adaptado)
No terceiro parágrafo do texto, o autor lança mão de perguntas e de respostas com o objetivo de demonstrar que
a construção da masculinidade tem estreita relação com o ocorrido em Villa Gesell.
o álcool e o rugby são a causa direta da morte violenta de Fernando Báez Sosa.
o ocorrido em Villa Gesell foge às estatísticas da OMS por ter relação com o álcool e com o rugby.
a morte de Fernando Báez Sosa ilustra um caso típico de união entre falta de inibição e uso de força.