(UFU - 2021 - 1ª fase) La pandemia ha plantado las semillas de una enorme crisis de salud mental, avisa la ONU. El aislamiento físico, el miedo, la pérdida económica y hasta la desinformación han extendido el malestar psicológico en la población. “Es urgente afrontar el severo impacto de esta crisis en la salud mental y el bienestar”. “La mayoría de nosotros pasamos un periodo de transición con síntomas de ansiedad, tristeza, duelos por pérdidas humanas, económicas o de la vida tal y como la conocíamos, por la dificultad en el contacto social y en los aspectos que nos caracterizan, por no acompañar a nuestros enfermos, pero ponemos nuestros recursos en marcha y esto se puede ir reduciendo según nos adaptemos”, asegura Silvia Berdullas, gerente del Consejo General de Psicología. “El problema es ese 20% de la población que va a desarrollar patologías. El problema es el estrés sostenido porque no sabemos cuándo va a finalizar todo esto y la incertidumbre se extiende. Y el problema son los estresores que añaden presión: primero fue la falta de camas hospitalarias, de equipos de protección, de espacio vital en casa; después, la ausencia de rastreo, de empleo, de profesores, de atención psicológica… Si alguna de las patas está frágil en una catástrofe y fallan los amortiguadores, todo se hace más difícil”. Berdullas palpó de primera mano la bomba que ha sido la pandemia para la salud mental porque trabajó en la coordinación del servicio telefónico de atención psicológica que puso en marcha el Ministerio de Sanidad durante el confinamiento. Entre las 15.170 llamadas atendidas, una buena parte era de enfermos, sus familiares o familiares de fallecidos con ansiedad, depresión o estrés agudo. La población general también acudió a la llamada por violencia de hijos contra padres, de hombres contra mujeres, por patologías psicológicas previas o, simplemente, por desesperación. Pero si un colectivo ha sido especialmente vulnerable es el de los sanitarios, que han sufrido la culpa por decisiones tomadas o por no poder hacer más, ansiedad ante la posibilidad de contagiarse o de contagiar a los suyos, además de enfado, tristeza, estrés y la estigmatización en sus entornos.
Disponível em: https://elpais.com/elpais/2020/11/05/eps/1604566652_540453.html. Acesso em: 24 maio 2021.
Considera las siguientes afirmaciones sobre el texto.
I. El aumento de padecimientos psicológicos está relacionado al contexto de incertidumbres y privaciones que impuso la pandemia.
II. Gran parte de las personas no logra adaptarse a la pandemia y disminuir sus efectos en la salud mental y en el bienestar.
III. Se creó un servicio telefónico de atención psicológica dirigido a los más afectados por la pandemia, los enfermos por coronavirus y sus familiares.
IV. Se cree que el aumento de casos de violencia doméstica está relacionado a problemas de salud mental y a pérdida total de esperanza.
V. Se considera que los profesionales de la sanidad son los más afectados por los efectos psicológicos de la pandemia.
Son verdaderas las afirmaciones presentadas
solamente en I, II y III.
solamente en I y V.
solamente en II y IV.
solamente en III, IV y V.